En las siguientes líneas pretendo exponer parte de mis pensamientos sobre el significado de algunos cuentos del escritor Augusto Monterroso.
El eclipse: “Me menosprecias por no ser igual a ti y no te das la oportunidad de saber más de mí”. Con ese pensamiento se pueden resumir los acontecimientos ocurridos en el cuento del escritor Augusto Monterroso: El Eclipse. ¿Pero es que el ser humano puede llegar a ser tan engreído y pagado de sí mismo como para apostar su propia vida en la línea de fuego, sin saber si el tirador posee una o más balas? El cuento y la vida diaria nos dan a entender que así es. Despreciamos lo diferente, lo que no se acopla a los cánones de lo que creemos es lo ideal y correcto, pero ¿cómo saber qué es lo correcto sin entrar en un amplio debate ético que al final dé como resultado diferentes vertientes de un mismo río perdiéndose en un mar de confusión?. He ahí algo de verdad para reflexionar.
LEER: EL ECLIPSE
 Pigmalión: ¿Somos realmente dueños de nuestro destino, o hay un ser superior al que debemos rendir cuentas?, ¿estamos aquí por deseo de alguien más?, ¿somos verdaderamente autónomos?... Estás y muchas más preguntas podemos dar a rienda suelta al terminar de leer el cuento del escritor Augusto Monterroso: Pigmalión. Entre religiones y creencias se mueve el mundo, el ser humano necesita creer, pero ¿en qué cree? Diferentes Deidades y seres de un poder mayor al humano han sido parte de la historia desde que hay historia que contar, algunos divertidos, otros vengativos y unos cuantos bondadosos. ¿Es que acaso es mejor dejar ciertas cargas, penas y miedos a alguien más, somos tan débiles y temerosos como para no poder asumir nuestros propios demonios? Pigmalión creaba, educaba, se aburría y destruía. El miedo nos embarga y creamos figuras a las que complacer para no ser destruidos; esto, en vez de asumir nuestras responsabilidades en la destrucción de nuestro propio mundo.
Pigmalión: ¿Somos realmente dueños de nuestro destino, o hay un ser superior al que debemos rendir cuentas?, ¿estamos aquí por deseo de alguien más?, ¿somos verdaderamente autónomos?... Estás y muchas más preguntas podemos dar a rienda suelta al terminar de leer el cuento del escritor Augusto Monterroso: Pigmalión. Entre religiones y creencias se mueve el mundo, el ser humano necesita creer, pero ¿en qué cree? Diferentes Deidades y seres de un poder mayor al humano han sido parte de la historia desde que hay historia que contar, algunos divertidos, otros vengativos y unos cuantos bondadosos. ¿Es que acaso es mejor dejar ciertas cargas, penas y miedos a alguien más, somos tan débiles y temerosos como para no poder asumir nuestros propios demonios? Pigmalión creaba, educaba, se aburría y destruía. El miedo nos embarga y creamos figuras a las que complacer para no ser destruidos; esto, en vez de asumir nuestras responsabilidades en la destrucción de nuestro propio mundo.
LEER: PIGMALIÓN
 La sirena inconforme: La dualidad y el colorido de la mujer; belleza de lo inesperado. Partiendo de una gran roca de apoyo como lo es La Odisea, de Homero, da inicio el cuento del escritor Augusto Monterroso: La sirena inconforme. De cantares seductores y apariencia embelesadora están constituidos los mititos de sirenas, ante ellas los marineros sucumbían y se convertían en la presa. Se acostumbra a representar lo femenino como débil y a veces incluso con un perfil maligno, pero aquella quien lucha por lo que quiere no es débil y quien da todo hasta conseguirlo no es malvada. Donde hay bondad hay maldad, donde hay belleza se encuentra también la fealdad, donde existe el poder coexiste la debilidad; ahí reside la dicotomía del balance. La vida es una lucha, y Ulises comprende esto mejor que nadie, aquel que luchó incluso contra los Dioses para volver a Ítaca, decide recompensar a la hermosa sirena por su melodioso cantar y por no desistir de su cometido así como él no lo hizo. Pero ¿quién constituye la parte “ingeniosa” de la historia: la sirena inconforme, o Ulises? Eso es para que cada lector lo decida al final del cuento.
La sirena inconforme: La dualidad y el colorido de la mujer; belleza de lo inesperado. Partiendo de una gran roca de apoyo como lo es La Odisea, de Homero, da inicio el cuento del escritor Augusto Monterroso: La sirena inconforme. De cantares seductores y apariencia embelesadora están constituidos los mititos de sirenas, ante ellas los marineros sucumbían y se convertían en la presa. Se acostumbra a representar lo femenino como débil y a veces incluso con un perfil maligno, pero aquella quien lucha por lo que quiere no es débil y quien da todo hasta conseguirlo no es malvada. Donde hay bondad hay maldad, donde hay belleza se encuentra también la fealdad, donde existe el poder coexiste la debilidad; ahí reside la dicotomía del balance. La vida es una lucha, y Ulises comprende esto mejor que nadie, aquel que luchó incluso contra los Dioses para volver a Ítaca, decide recompensar a la hermosa sirena por su melodioso cantar y por no desistir de su cometido así como él no lo hizo. Pero ¿quién constituye la parte “ingeniosa” de la historia: la sirena inconforme, o Ulises? Eso es para que cada lector lo decida al final del cuento.
LEER: LA SIRENA INCONFORME
---
Por: Mig_Angellic
 

 
No hay comentarios.:
Publicar un comentario